Trastornos de ansiedad
La ansiedad es una emoción natural que nos ayuda a anticipar y afrontar los desafíos del día a día. Sin embargo, cuando se vuelve intensa, persistente o desproporcionada, puede interferir en el bienestar y la vida cotidiana.
Los trastornos de ansiedad comprenden diversas manifestaciones, como el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias, el trastorno de pánico, la ansiedad social o el trastorno obsesivo-compulsivo, entre otros.
A menudo se acompañan de síntomas físicos (tensión muscular, palpitaciones, dificultades para dormir, sensación de falta de aire) y emocionales (preocupación constante, miedo intenso o sensación de pérdida de control).
En mi consulta, ofrecezco una atención integral basada en la evidencia científica, combinando evaluación psicológica, intervención cognitivo-conductual y estrategias de regulación emocional.
Mi objetivo es ayudarte a comprender el origen de la ansiedad, recuperar el equilibrio emocional y volver a disfrutar de tu día a día con tranquilidad y confianza.
Trastornos de ansiedad generalizada
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente ante diferentes aspectos de la vida cotidiana (como el trabajo, la salud, la familia o el futuro), incluso cuando no hay motivos reales que justifiquen tanta inquietud.
Las personas con TAG suelen describir una sensación constante de tensión o alerta, acompañada de síntomas físicos como dificultad para concentrarse, cansancio, irritabilidad, problemas de sueño, molestias digestivas o dolor muscular. Esta preocupación continua puede llegar a interferir en el descanso, la productividad y las relaciones personales.
En mi consulta, abordo el trastorno de ansiedad generalizada desde una perspectiva integral, ayudando a identificar los pensamientos automáticos, los patrones de preocupación y las respuestas fisiológicas asociadas.
A través de terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación, regulación emocional y estrategias de afrontamiento, acompañamos a cada persona en el proceso de recuperar la calma, la seguridad y la capacidad de disfrutar del presente.

Trastornos de ansiedad social (fobia social)
La fobia social, o trastorno de ansiedad social, se caracteriza por un miedo intenso y persistente a situaciones en las que la persona teme ser evaluada negativamente por los demás. Este temor puede manifestarse al hablar en público, mantener una conversación, asistir a reuniones o incluso al realizar actividades cotidianas frente a otras personas.
Quienes la padecen suelen experimentar síntomas como rubor, sudoración, temblores, bloqueo mental o palpitaciones (entre otros reseñables) y pueden evitar esas situaciones por miedo a sentirse avergonzados o a actuar de manera “inadecuada”. Con el tiempo, este patrón de evitación puede afectar a la autoestima, las relaciones y el desarrollo personal o profesional.
Para efectuar su tratamiento, existe un abordaje especializado para la fobia social basado en la exposición gradual, la reestructuración cognitiva y el entrenamiento en habilidades sociales y autocompasión. La meta es que la persona pueda afrontar las situaciones sociales con mayor confianza y bienestar emocional.

Fobias específicas
Las fobias específicas se caracterizan por un miedo intenso, desproporcionado y persistente ante objetos o situaciones concretas, como volar, conducir, ver sangre, ciertos animales o acudir al dentista.
Aunque la persona suele reconocer que su temor es irracional, la ansiedad que experimenta puede ser tan intensa que lleva a evitar esas situaciones o a enfrentarlas con un alto nivel de malestar.
Los síntomas pueden incluir taquicardia, sudoración, sensación de ahogo, temblores o mareo, así como pensamientos de peligro inminente o pérdida de control. Con el tiempo, la evitación puede limitar la autonomía y generar frustración o sentimientos de incapacidad.
El tratamiento psicológico de las fobias específicas se basa en la exposición progresiva y controlada al estímulo temido, junto con técnicas de reestructuración cognitiva y regulación emocional. Este proceso permite reducir gradualmente el miedo y recuperar la seguridad en la vida cotidiana.

Agorafobia
La agorafobia se caracteriza por un miedo intenso a encontrarse en lugares o situaciones de las que podría resultar difícil escapar o en las que sería complicado recibir ayuda en caso de sufrir una crisis de ansiedad o pánico. Estos temores suelen aparecer en espacios abiertos o muy concurridos, al utilizar transporte público, hacer colas, estar en centros comerciales o incluso al salir solo de casa.
Como consecuencia, la persona tiende a evitar esas situaciones o a afrontarlas únicamente si está acompañada, lo que puede limitar significativamente su autonomía y calidad de vida.
Los síntomas habituales incluyen palpitaciones, sensación de ahogo, mareo, tensión muscular y una fuerte necesidad de huir o buscar seguridad.
El tratamiento psicológico de la agorafobia combina la exposición gradual y guiada a las situaciones temidas, junto con estrategias de regulación emocional, respiración consciente y reestructuración de pensamientos catastróficos. A través de este proceso, la persona puede recuperar la sensación de control sobre su vida.

Trastorno de pánico
El trastorno de pánico se caracteriza por la aparición recurrente e inesperada de ataques de pánico, episodios de miedo o malestar intenso que alcanzan su punto máximo en pocos minutos.
Durante una crisis, pueden experimentarse síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de ahogo, mareo o miedo a perder el control o a morir, lo que genera un profundo temor a que los ataques se repitan.
Con el tiempo, esta preocupación constante puede llevar a evitar lugares o situaciones donde la persona teme que pueda producirse una nueva crisis, afectando su autonomía y su bienestar emocional. Debido a ello, es normal padecer problemas en la vida cotidiana, como ansiedad elevada o un mayor aislamiento social.
El tratamiento psicológico del trastorno de pánico se centra en comprender el ciclo de la ansiedad y del miedo al propio miedo, mediante técnicas de exposición interoceptiva, reestructuración cognitiva y entrenamiento en regulación fisiológica.

Otros trastornos de ansiedad
Además de los cuadros más conocidos, existen otros trastornos de ansiedad que pueden generar un importante malestar y afectar la vida diaria. Entre ellos se incluyen la ansiedad por separación, el mutismo selectivo, la ansiedad inducida por sustancias o medicamentos y los trastornos de ansiedad debidos a otras condiciones médicas.
Estos cuadros pueden manifestarse a través de preocupación intensa, miedo persistente, tensión física o conductas de evitación, adaptándose a las circunstancias personales de cada individuo. Aunque sus causas y expresiones pueden variar, todos comparten un mismo núcleo: una respuesta de ansiedad que se activa de forma desproporcionada ante situaciones que no representan un peligro real.
El abordaje terapéutico se orienta a comprender los mecanismos que mantienen la ansiedad, desarrollar recursos de afrontamiento y fortalecer la sensación de seguridad interna, utilizando estrategias basadas en la evidencia y adaptadas a las necesidades de cada persona.

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